Uno de los cantantes más reconocidos y poéticos de latinoamérica decide hacer una pausa en el romanticismo de sus canciones para convertirse en un "instrumento divino" (por así decirlo), y crear una letra que nos invita a detenernos a escuchar un poco lo que Dios intenta decirle a la humanidad.
Una canción que nos desafía a recordar que hay cosas en nuestro corazón que, por más que intentemos llenarlas con un sinnumero de cosas (logros, posición, fama, amor, placer, bienes, etc.) nunca serán llenadas con la misma intensidad y magnitud de cómo lo harían la paz y el amor que sólo nuestro creador puede ofrecer.
Una canción para todos aquellos que creen que hay algo más allá después de la muerte, y para todos a aquellos que no creen, pero que no encuentran las respuestas a esas interrogantes del corazón.
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