La reina de la salsa, la fallecida Celia Cruz, nos deja (a través de esta canción) un buen recordatorio acerca de la actitud que debemos tener ante la vida.
A través de esta canción, la "guarachera de Cuba" nos recuerda que toda circunstancia que enfrentamos, por más difícil que parezca, es una pequeñez en comparación con el verdadero valor y significado que tiene la vida... a la que ella describe como "un carnaval".
Lo que en realidad trató de decirnos es que al enfrentarnos con un problema, debemos recordar que a pesar de lo difícil que parezca, en algún momento terminará. Por tal motivo, no es necesario permitir que tales cosas afecten nuestro estado de ánimo, nuestras relaciones con los demás... nuestra perspectiva de la vida.
"La vida es un Carnaval" decía Celia... "Y las penas se van cantando". Que gran lección, ¿no? Sobretodo de alguien que, a pesar de sus enfermedades y su avanzada edad, nunca dejó de sonreír. Porque aprendió uno de los más grandes secretos de la vida, que radica en entender que no podemos manejar lo que sentimos, pero si podemos decidir lo que pensamos. Porque sencillamente, lo que sentimos es el resultado de lo que decidimos creer (y aceptar en nuestra mente).
Entonces ¿Porqué no aceptar que la vida es simplemente un regalo maravilloso que Dios nos dio, y que de cada cosa que experimentamos es una oportunidad para recordar lo corta, pero valiosa, que es ésta?
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